La organización que ha estado ayudando a la comunidad durante más de 50 años realiza una distribución anual de juguetes que beneficia a cientos de familias.

Para la comunidad alrededor de Pico Union, Clínica Monseñor Romero es el lugar al que se debe acudir si se necesita atención para curar una herida o para tratar dolores y molestias. Pero el sábado 21 de diciembre, cientos de familias hicieron fila desde temprano en la mañana para recibir el tipo de ayuda que se necesita en esta época del año: el espíritu navideño.

Como lo ha hecho durante más de una década, la clínica se transformó en un País de las Maravillas Invernal, donde los elfos, vestidos con sus mejores ‘suéteres feos’, entregaron juguetes a cientos de niños y adolescentes. Había peluches para los más pequeños, muñecas y cochecitos para los más chiquitos, y audífonos, altavoces y otros electrónicos para los mayores. Nadie se fue con las manos vacías.

Uno por uno, las familias pasaron por un laberinto de manualidades, un zoológico interactivo y un camión de videojuegos antes de llegar finalmente a la carpa donde se repartían los juguetes según las edades, para después tomarse una foto con Santa. También había un plato caliente de comida esperándolos justo antes de salir del estacionamiento lleno.

“Hemos estado dando juguetes en Navidad a los niños del vecindario, aquí en Pico Union y en Boyle Heights,” dijo Carlos Vaquerano, CEO de Clínica Monseñor Romero.

Comentó que entre 400 y 500 menores, desde los 0 hasta más de 15 años, recibirían regalos en sus seis clínicas a lo largo de Los Ángeles y el Valle de San Fernando.

“Se trata de llevar alegría a los niños,” dijo Vaquerano mientras estaba junto a Santa Claus saludando a los padres y a los pequeños, jugando con algunos niños o recibiendo algún abrazo ocasional.

“Ellos (los niños) lo merecen en estos tiempos. Son tan inocentes y todavía creen en Santa Claus, así que tenemos que asegurarnos de que sigan creyendo,” agregó Vaquerano.

Añadió que muchas de las familias son de bajos recursos y “un juguete en este tiempo realmente les ayuda.”

Así lo confirma Erika Rangel, quien trajo a sus dos hijas, Zyra y Keidy Chávez.

“Esto es muy bonito y ayuda mucho,” dijo la originaria de Morelos, México. “No tenemos para comprarles juguetes ahora. Esto hace muy felices a los niños.”

Rangel y su familia son pacientes regulares en la clínica, donde le han ayudado mucho, según dijo.

“Antes de venir aquí no tenía Medi-Cal y me ayudaron a conseguirlo,” comentó Rangel. “Siempre te ayudan con lo que necesites.”

La mamá Ana Cruz, que trajo a su hija de 17 meses, Shai McKnight, también dio su “aprobación” al evento.

“Es hermoso. Estoy muy agradecida,” dijo Cruz.

Lo mismo hizo Litzy López, quien trajo a su hijo de 3 años, Liam Ramos.

“Me gusta mucho y a él también le gusta,” dijo sobre su hijo.

Vaquerano mencionó que varias organizaciones apoyaron el evento, así como el concejal de la ciudad Hugo Soto Martínez (Distrito 13) y el asambleísta de California Marc González (Distrito 54). Algunos juguetes son donados; la clínica compra otros.

“Estamos felices porque estamos ayudando a la comunidad,” dijo Vaquerano.

“La gente se va contenta, feliz,” añadió. “Lo hacemos todos los años y lo vamos a seguir haciendo cada año porque ese es el compromiso que hemos hecho.”