Al crecer en Winchester, Virginia, Jamey Corey solía hacer rondas con su abuela en la residencia de ancianos donde trabajaba como enfermera.

“Ella le daba medicina a los pacientes y me presentaba como su nieta, lo cual era muy bonito”, recuerda Corey con cariño.

Luego, en décimo grado, conoció a un farmacéutico que le comentó que este campo podría permitir a las mujeres tener una familia y equilibrar la vida hogareña y laboral.

Esas dos cosas, así como el hecho de que era “realmente buena en ciencias y matemáticas”, llevaron a Corey a estudiar lorelacionado a la farmacia en la Universidad de Virginia Commonwealth antes de convertirse en Doctora en esta rama en la Escuela de Farmacia Bernard J. Dunn de la Universidad Shenandoah.

Hoy en día, es la Directora de Farmacia en la Clínica Romero, donde ha trabajado durante los últimos 15 años, dispensando todo tipo de medicamentos, ayuda y consejos a los pacientes.

Poniendo inyecciones para quitar el miedo

Los farmacéuticos dispensan medicamentos recetados y brindan información a los pacientes sobre los medicamentos y su uso.

Pero para Corey y los cuatro técnicos de farmacia que trabajan con ella, el trabajo también implica aliviar miedos y poner inyecciones cuando los pacientes tienen demasiado miedo para hacerlo ellos mismos.

Por ejemplo, ella señala que muchos pacientes diabéticos a veces no están seguros de cómo (o tienen demasiado miedo) de inyectarse insulina cuando se les prescribe este medicamento que salva vidas.

En esos casos, ella puede ponerles las inyecciones ella misma.

“Podemos darles la primera inyección de insulina”, dice. “Tratamos de quitarles el miedo que tienen”.

Algunos pacientes que toman Ozempic, un medicamento para la diabetes y la pérdida de peso, “vienen cada semana a inyectarse”, añade.

O vienen a recibir ayuda con sus monitores de glucosa.

Para ella, la idea es ayudar al paciente de cualquier manera posible para asegurarse de que cumplan con sus medicamentos.

Termina tu receta

Seguir una receta recomendada es esencial si el paciente quiere mejorar, especialmente si está tomando un antibiótico.

“Si es un antibiótico, debes terminarlo”, enfatiza.

Explica que detener el medicamento una vez que empiezas a sentirte mejor puede causar resistencia.

“Algunos gérmenes pueden seguir en tu cuerpo y enfermarte de nuevo, y si vuelves a tomarlo, tu medicina puede no funcionar o ellos (las bacterias) pueden volverse inmunes”, dice Corey.

Pero si es algo que estás comprando sin receta, como el medicamento para el dolor Tylenol, está bien detenerte si te sientes mejor. “Por eso a menudo decimos, usar según sea necesario”, dice.

Los pacientes también deben consultar con su farmacéutico o sus médicos si notan algún problema una vez que comienzan a tomar un medicamento.

“Algunos medicamentos pueden causar malestar estomacal durante unos días mientras tu cuerpo se acostumbra al medicamento”, explica, pero si persiste por mucho más tiempo, “debes detenerlo de inmediato y hablar con tu médico”.

De manera similar, hay algunos alimentos que pueden afectar la eficacia del medicamento, como el jugo de pomelo, señala Corey.

La mayoría de los medicamentos se pueden almacenar a temperatura ambiente, pero hay excepciones, como la insulina.

Por ejemplo, Corey dice que normalmente dispensan tres botellas de insulina a la vez, por lo que recomienda mantener la que están usando a temperatura ambiente y las otras dos en el refrigerador. Esto asegura que la insulina mantenga su potencia y eficacia y porque “es menos doloroso inyectarlas que cuando están frías”, dice.

Servicios de entrega

La misión de la Clínica Romero es ser un lugar integral donde los pacientes puedan ser atendidos por un médico y recibir su medicamento en 30 minutos o menos.

Pero si el medicamento no está disponible de inmediato o necesitan pedirlo de manera especial, también pueden entregarlo en la casa del paciente.

La clínica instituyó este servicio durante la pandemia, pero lo mantuvo al ver lo útil que era. De lunes a viernes, pueden entregar dentro de un radio de 8 millas de las dos sucursales donde tienen farmacia: el sitio Marengo en Boyle Heights y la clínica Alvarado en Pico-Union.

Corey enfatiza que alguien debe estar en casa para recibirlo. “No podemos dejarlo en la acera”, dice.

Los pacientes de otras sucursales también pueden recoger su medicamento en esos sitios, ya que se los entregan allí.

Todo es parte de facilitar las cosas para los pacientes y ayudarlos a mejorar, algo que Corey ha estado haciendo durante más de 20 años.

Recuerda una vez en que tomó la presión arterial de una mujer y descubrió que era tan alta que inmediatamente le recomendó que fuera a la sala de emergencias, porque estaba en riesgo de tener un derrame cerebral.

“Ella volvió más tarde y nos agradeció”, dice Corey.

Esa es la mejor parte de lo que hace, saber que está salvando vidas.

“Me encanta lo que hago”, dice. “Me encanta trabajar aquí en la clínica y ayudar a los pacientes”.

 

RECURSOS

Servicios de Farmacia Clínica Romero

Los pacientes pueden llamar para recargas o preguntas al:

Sede Alvarado: (213) 201-2749

Sede Marengo: (213) 201-2750

 

Consejos de seguridad para medicamentos

 

Mantén una lista de todos tus medicamentos.

Sigue las indicaciones de la etiqueta.

Toma los medicamentos a tiempo.

Considera usar un organizador de pastillas.

Almacena los medicamentos en un lugar seco y seguro.

No compartas medicamentos con nadie.

Desecha los medicamentos no utilizados.